Los productos procesados "clean label" son aquellos que disponen de etiqueta una lista corta de ingredientes y sin
aditivos superfluos, con una información comprensible para el consumidor interesado en la composición de lo que está a
punto de comprar, y que sea posible leer y comprender, sin necesidad de traducción.
Cualquier alimento envasado (con independencia de que se presente en forma de caja, lata, bolsa, cartón o botella)
tiene que llevar una etiqueta nutricional que enumere su contenido, lo que está provocando que cada vez más
consumidores se hayan convertido en expertos en su lectura y que un número creciente de empresas empiecen a evitar
ingredientes sin correspondencia con lo que cualquiera de nuestras abuelas y abuelos consideraría un alimento sano.
“Aunque los productos clean label o de etiqueta limpia no tienen por qué ser mucho mejores en términos de salud (al
menos, en cuanto al contenido calórico o a la cantidad de sal, azúcar y grasa), representan una nueva forma de
acercarse a las nuevas tendencias del consumidor, ya que dejan tras de sí pistas que refuerzan la idea de que no son tan
artificiales”, argumenta Martina Miserachs, dietista-nutricionista y CEO de Healthia Certification, sello de alimentación
saludable dedicado al sector hotelero.
Y es que tener un jeroglífico en el etiquetado de los productos lo único que hace es que los consumidores no entiendan
qué se llevan en el carrito de la compra lo que, unido a las diferentes estrategias de marketing que algunas marcas de
ultraprocesados ponen en marcha para confundir aún más, dan como resultado malas elecciones en materia
alimentaria.
Fuente: https://www.miarevista.es/salud/articulo/sabes-lo-que-es-la-etiqueta-limpia-de-los-alimentos-381512484416